Ahora que nos sentimos, con razón, tan preocupados por el desempleo y por las recientes medidas de reforma laboral, me gustaría poner sobre el tapete como actúan algunas empresas y como los viejos valores parecen seguir siendo eficaces y eficientes.
Lincoln Electric es una empresa que fabrica material y maquinaria para soldar y que, hace 60 años, se comprometió a que nunca despediría a un empleado por falta de trabajo. Hasta el día de hoy, algo que ha cumplido.
No cabe duda de que poder presumir de resultados positivos y de seguir una política como está, transmite una sensación de solidez que el mercado, clientes, proveedores, etc. admiran y valoran.
¿El secreto? La flexibilidad máxima aceptada por todos y convertida en uno de los parámetros de funcionamiento. Si el trabajo que estabas haciendo se agota, pasas a otro. Donde sea y en las condiciones que correspondan. Acompañado de la formación y el apoyo necesarios para garantizar el éxito en esta nueva tarea.
Si después de más de medio siglo, la empresa funciona mejor que bien, quizás una de las razones sea esta forma de interpretar las relaciones laborales. Y, desde luego, es digna de respeto al venir respaldada por sólidos beneficios y crecimiento.
Ni que decir tiene que esto no está reñido con despedir a empleados y directivos que no alcanzan los niveles de desempeño exigidos por la empresa. Por supuesto que quien no hace bien su trabajo o no tiene el comportamiento que se exige, acorde con los valores de la organización, no tarda mucho en tener que buscar un nuevo puesto de trabajo.
¿Lo intentamos?